9 de mayo de 2012

El Ñoño hoy


(Visión personal)

De un tiempo para acá ser ñoño es cool y hasta cierto punto ejemplar. Con tanta mera buena movie de héroes, zombies hasta en la sopa y la “democratización” del video juego, resulta que incluso a los más merol  y a las niñas nice les sale su lado friki; chale, todos quieren ser ñoños temporales.

Iniciados coleccionan madre y media, tanto que devalúan nuestro estilo vida. En el trabajo por ejemplo: “Qué onda mi R2, ya tengo al ojo de halcón de la serie –aún no dicen wave- 2 de los Avengers”. Puta, yo ni los he visto…
Al rato pasan a saludar y ya no voltean los ojos al cielo ni tuercen la boca cuando ven la figura del día en el escritorio; ahora las encargan (salute Mag): “hay amigo, me gustó tu Thor ¿te encargo uno?”; ir a tierras colombianas en compañía, y no solo, en busca de tesoros ya no es raro; Irma, enemiga declarada del mundo nerd, acepta que ciertas figuras están “pus padres” –sobre todo los Myth´s-, ya casi soporta a Tony Stark y pide ver, espontáneamente, Capi Steve en domingo y después, previo coraje y angustia, encuentro los debedes de Iron Man en su cuarto. ¿Qué diablos esta pasando?

Las féminas andan con el estrógeno alborotado por los Avengers y obviamente no es por Natalia –sería genial- y ya es común verlas control en mano haciendo bizcos:
“R2, Invítame a jugar Halo” 
- No manches, espérate tantito; neta ¿quieres jugar?
“Sí”
-Va eh. Pero a la media hora nada de que ya te aburrió.
Y que pues, ya es media noche entre semana, el ojo ¾ de cerrado y la mina feliz de la vida despachando al covenant y proponiendo una Dragon Ball night. Sí.

Luego, “vamos a ver los Avengers a media noche” (cuando el estreno). O sea, es broma, un mundo bizarro de no sé que universo paralelo o qué; ya parece que en el siglo pasado iba a estar sucintándose que viejorrónes -en toda la magnitud de la palabra- tuviesen esta actitud. Uno feliz.

-Sólo  en la parte que le aplica- en TBBT (The jerusalem duality) comenta Howard “smart is the new sexy”; chance sí. Ya no dicen que crezcas o madures, casi. Respetan y cuasi admiran el estilo de vida, si traes ñoño playera te adulan o quieren una igual y muchos quieren saber de las hazañas de Son Goku, 20 años después. Ahora que está en boga la lectura en el metro –beneficio colateral de ciertas ocurrencias engeladas- me fascinó ver a una colegiala leyendo Dunas, camisa blanca ajustada, falda a cuadros, zapatos de charol y calcetas vino a la rodilla incluidos.

Los tiempos cambian: las sociedades de convivencia están al tiro, matrimonios entre personas del mismo sexo, interrupción legal del embarazo (I love DF), medio respeto al ciclista (ahora muchos –y muchas J-quieren rodar). Es obvio que se ganó la batalla –que no la guerra- por la inclusión social, que de hecho poco importaba a los entendidos. Entrañables los tiempos donde se estaba marginado pero eso sí, hermanados en la minoría. (Los compas más honestos y leñas, son los collectors de cepa)

Ser ñoño es la neta y ellas lo notaron.


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