Sin nada que escribir

Que mal día el día de hoy, día aciago, día de tristeza, soles han muerto sin un día así, uno que viene a sumarse a otros malos días, que tienen la insolencia de resultar en una pésima semana para esto de la ñoñeada, una semana infausta en que no he encontrado nada, nada que satisfaga mi inquieto, noble y ñoño espíritu, pero justo hoy, ha sido el peor día de todos, he visitado más tiendas que cualquier otro día, he recorrido metro tras metro hasta sumar kilómetros, minuto tras minuto hasta sumar horas, con el sudor y el cansancio acumulándose cruelmente, lo mismo que el ansia y la desesperanza; buscando, examinando, preguntando, hurgando, y no he encontrado nada, ni un solo THunt, nada de Superized, ni el Batmobile Matchbox, ni Venom de Spidey, ni Nom Anor de EU, ni Boss, Rex o Wolffe, de Clone Wars, ni Hawkeye de Avengers, ni un solo Azteca Lego, un Espartano rebajado al menos, ¡nada!, nada de una, como nunca antes, pobre y raquítica lista de deseos...

No pido mucho, una sola cosa, una sola, de las pocas que componen la lista, habría sido suficiente para alegrar mi triste corazón, pero nada...

¿Qué pecado a los ojos de Tezcatlipoca he cometido? ¿cuál es esa falta tan grave que Huitzilopochtli no perdona?  ¿qué, por amor de Tonatzin, he hecho para merecer suerte tal? Oh los dioses no responden, los dioses no escuchan, los dioses no atienden, sabedores de su poder infinito, soberbios que se han vuelto, sedientos de sacrificio, ¿qué más sacrificio esperan de este su humilde sirviente que una semana de ayuno?

Ah, pero tomarlo por cierto, días hay muchos y dioses otro tanto, alguno atenderá mi súplica.

Esperen, el cigarrillo arrugado que me ofreció aquel tipo extraño se ha consumido por completo...