La vida está plagada de injusticias de todo tipo; ésta figura, por decir lo menos, fue descalificada por el respetable y la prueba es que es el único DX -del año pasado y anteriores- aún conseguible a precio de salida (igual algún Sparrow queda por ahí). El argumento generalizado es el del "terrible" esculpido facial: "no se ve a Indiana por ningún lado". La mea culpa, hasta antes de ternerlo en mano pensaba igual.
Después de mirar, remirar y observar; en exteriores, en interiores; con luz, sin luz; con sol y hasta con lluvia, la conclusión es simple: sencillamente no es fotogénico, las imágenes no tranmiten, per se, lo que los ojos sí ven: un figurón. Ni modo.Viéndolo en vivo el rostro es de casi muy bueno para arriba, eso sí, no a la altura de un Sparrow o un Súper Reeve.
El vestuario y los accesorios simplemente mandados: el fedora, el látigo -de piel-, la bolsa -con imánes para el cierro perfecto y la correa igual en piel- el ídolo, -de plástico con pintura hiper mamirri-, los zapatos con agujetas y desgaste; puf, que ni para dónde voltear.
Sí ya el outfit clásico clásico indianero es demasiado, la posibilidad de un segundo vestuario con la túnica y cetro de Ra es ya es una grosería. Aunque que flojera hacer el cambio, mejor ni sacarlo de la caja. ¿Alguién en su sano juicio tendrá a su Indianan vestido a la usanza egipcia? Hubiera preferido mil veces una Arca.
Poder recrear la escena memorable de la obtención, efímera, del ídolo de la fertilidad es regresar al instante mágico de sinestesia en aquella extinta sala de cine en dónde vimos por primera vez al arqueólogo por excelencia.
Totalmente satisfecho.