3 de noviembre de 2011

El fin de semana conocí a Romero (Alteracionones nocturnas No. ¿?)

No sé cómo ni dónde. El caso es que ya estaba afuera de su casa, domicilio desconocido en medio del desierto. Ni en Google earth identificaría la zona o el estado, eso sí, era México: Entre el Titty Twister del Crepúsculo al amanecer o el rancho olvidado donde guarda tremendo arsenal Sara Connor en T2.


Todo era una locación muy bien montada. Eso porque noté que lo que pisaba era tierra, de esa tipo ajusco en primavera o de ranchería hidalgueña todo el año y la del desierto, hasta donde sé, es arena. Estaba ahí con motivo de que al otro día se harían ciertas pruebas de imagen y sonido para otro video juego zombie, genial.

La casa era obscura y fría, tierruda que no sucia, los sillones rojos de terciopelo protegidos con ese infame plástico oloroso. Muchos cuadros inentendibles y vitrinas repletas de recuerdos de fiestas ridículas. Romero me esperaba en su cocina tipo fonda olvidada en el centro, la cual tenía dos entrepaños altos y medianamente largos, en uno había una colección de licores de todo tipo, muchas botellas estaban vacías y la mayoría empezadas. En el otro tenía frascos y frascos de carne seca de algún animal, supongo.

A Jorge lo imaginaba diferente, esté era una mezcla de Gene Simmons, Danny DeVito y sex machine -Tom Savini- Supongo que por una vida de excesos y la clase de amiguitos del medio zombie, ya con diálisis. Andaba en silla de ruedas vaso en mano: lo que bebía era jugo de carne. Muy amable y servicial, preguntó si quería algo de comer o tomar, pedí whiskey el cual sacó de un compartimiento de su silla, me sirvió y se tomó el resto, mas menos ¼ de botella de golpe. Este es de los duros, me dije. Después pidió a la que supongo era su esposa, joven y delgada, algo de comer. Está abrió un refrigerador enorme, repleto de cortes y carnes de todo tipo: cerdo, res, venado, cocodrilo y hasta León.

Se metió un bistec como de 800 gramos, sacó otro whiskey, esté de la época de la prohibición y se lo empinó; de reojo me di cuenta que era medio fantoche por qué hacía que le tomaba pero realmente lo escupía o devolvía a la botella, la cual discretamente vaciaba cuando no lo estaba viendo. Platicamos poco, igual nada porque no puedo recordar. Todo era más bien visual, súper denso.

Así de golpe pasó de viernes tarde noche a sábado temprano. Ya estaba en el patio donde se llevaría a cabo las pruebas y más que patio era un valle abierto inacabable; o sea ¿valle o desierto?: estos del cine hacen magia porque además jamás vi a nadie del staff, ni recoge cables ni nada. Habían puesto cientos de pajares, el aire era cortante y el sol de esos decembrinos. Se escuchaba música de suspenso de fondo cuando salió un joven caracterizado de campista, observando, disfrutando sin saber lo que venía. Tras él, un monote de 2mts. vestido en garras, salvaje, iracundo y letal, un no vivo anabolizado. Paso lo esperado: persiguió al campista que no pudo escapar, se atoró en una cuerda que alguien había montado y enseguida fue devorado.

Obvio que yo miraba todo en primera persona. Todo era muy real, sobre todo la mezcla de la sangre con la tierra con olor súper penetrante. De pronto el sonido paso de suspenso a “Merol” música del demonio pues, todo era estruendo cuándo el zombivampiro me miró, impávido finalmente comprendí lo que pasaba, Romero era un cabrón que se fortalecía a costa de los vivos, nada que ver con el deprimente ser del día anterior. La música se detuvo, ya no escuchaba nada más que el latir de mi corazón-como esas veces “que se te sube el muerto”- Romero pasó a estar de 20 metros de distancia a sólo 3, un close-up terrorífico, siempre viéndome a los ojos; yo no podía apenas que respirar pánico mientras lo veía acercarse: olía mal, sus ojos eran de un negro intenso mortal, le escurría sangre por la barbilla, tenía carne entre sus sucias uñas, cabello negro tiznado, nariz de bruja, 7 aretes de cada lado, lengua bípeda, cadenas rotas en las muñecas. A nada del final, cuándo el escalofrío llegaba al cerebro me di cuenta que realmente me encontraba en mi habitación sentado en la cama mirando en la pantalla los créditos finales de desconocida película; pasaron algunos segundos, o minutos, para que medio se restableciera la respiración y el pulso; al carajo con el blue ray, la alta definición o el home theather, esta madre si realidad virtual.



1 comentario:

  1. podría sugerirte que antes de que vieras una peli de horror en hd no te "inspires" ni con peyote, mota o algún otro tipo de bebida espirituosa, los resultados pueden ser algo desconcertantes, por lo menos ;P

    chido el relato !!!!

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