26 de agosto de 2011

El final de los tiempos




Esta semana fue de películas Zombie. (Los zombies vivos que conozco, algunos muertos en vida, salen a reclamar los viernes el lugar que les corresponde en la obscuridad y el alcohol)


Zombies de verdad he visto dos veces aunque quizás el vino ingerido en esas ocasiones contribuyó a sensibilizar la percepción, no lo sé. Una fue atrás de la secundaría 137 en esa calle ceniza sepia que siempre está sola, desolada, como en tiempos apocalípticos. La segunda un 1º de enero ya muy temprano regresando de los festejos de un año menos: frente a mi una fémina esperpento como de 300 años, aunque sucia toda blanca, desde los pies hasta la cabeza; eso no era humano -ni siquiera inhumano- una zombie penosa pues. Ni modo, media vuelta y de regreso al festejo para olvidar el mal rato.

Una tercera, quizás, con un indigente: subía el cerro de la Estrella por el panteón civil, atravesaba tumbas y catacumbas abandonadas para salir del lado de Tlahuác, hasta que un día me persiguió este ser de obscuridad tipo Ecoloko que en sus ropas traía piel de perro, falda Klattu vintage, olía a maldad y feo, le escurría rabia ¿o pulque? de la boca, algo tan abominable que temí en serio pero afortunadamente y conforme a la regla número 1 de Zombie Land, hay un cardio respetable y pude huir. Jamás regresé por ese lugar; esta anécdota es verídica, por ahí están los reportes de “personas” que habitan las criptas.



El miércoles pasaron el film español La hora fría. Que horror, el síndrome Romero mutado. (Acá en México dieron hace poco la infame Lo que Somos, cuya temática es interesante y creíble pero muy mal llevada, en la que se abusa del lenguaje ominoso repetitivo y que si bien no es estrictamente cine zombiliento si muestra a una antropófaga familia de culhuacán entrándole sabroso a la carne humana con una predilección al sabor de las “Putas”, niños de la calle y como postre algún desafortunado Gay.) A punto de cambiarle y comenzar, por fin, con la temporada 2 de Clone Wars, recordé que hace unos meses vimos una excelente película Dead Snow –Noruega- en la que los Zombies correspondían a todo un desafortunado batallón de las SS -hasta en harapos esos uniformes nazis lucen bien-, entonces le dimos la oportunidad a los españolitos aunque los odie por obligación histórica y más ahora con su “Soy español, ¿en qué quieres que te gane?” Joder…



En la hora fría, para no variar lo de siempre, panorama desolador desde el principio, crítica a los sistemas políticos, fin de la humanidad; la comida, las municiones, los sobrevivientes cada vez menos. La variante acá es que si no te matan los “extraños”, te matan los “invisibles” una especie de entes malignos parecidos a los de poltergeist que cuando vienen se respira miedo, congelan todo a su paso, pueden abrir puertas y acabarte. Chale. Los pobres que van quedando ya no tienen esperanza, si salen a la superficie se los echan, si se quedan en los bunkers también. Como pocas veces en el género se maneja la opción de matarse unos a otros en buena lid y de una buena vez antes de seguir penando por un mundo que no tiene más que ofrecer. Al final todos pelan no sin antes el cameo de un chaval muy resignado al estilo la bruja de Blair.

El común denominador de estas películas sui generis, es el instinto de supervivencia: no importa como este o vaya a quedar el mundo, siempre hay que intentar salvarse. En algunas la humanidad “sobrevive” y se libera de esos pobres despojos pero hay otras que ni por donde, se haga lo que se haga todo ha terminado.

Las preguntas en un mundo real y cínico: ¿Luchar o no luchar? ¿Te salvas para qué? ¿Para malvivir nomás un día más? Riamos, ya nos quiero ver. El virus ya lleva tiempo aquí, acentuado por lo menos en los últimos 5 años y no es el de la furia de Exterminio, la influenza, o la cura contra el cáncer de Soy Leyenda.

Ante la hecatombe, las profecías del 2012, la guerra del espurio y mis constantes depresiones, ya me decidí a no luchar; mejor en lo que vienen abriré las figuras que tengo cerradas para hacer unos cuantos zombi-customs.


1 comentario:

  1. teneiz radsón, y si al final el lado ñoño no es capaz de salvarnos, mejor pongámonos a jugar con nuestras coletziones y aprovechemos nuestros últimos meses de nuestras aditziones.

    estas conciente que abriendo monos estaras comenzando los saldos rojos de la población peluche ??? espero seas capaz de cargar eso en tu conciencia :D :D :D

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...